Ataviadas con brillantes vestidos y acompañadas por chambelanes, un grupo de adolescentes celebraron al son del mariachi y reguetón su tradicional fiesta de XV años en un recinto fuera de lo habitual: el penal de mujeres Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México.
Desde 2017, la Fundación Alas de Amor organiza estos eventos para acercar a las personas privadas de su libertad con sus familias al exterior, principalmente a las mujeres reclusas; las cuales padecen un mayor índice de abandono en comparación con los hombres que se encuentran en las misma situación.
Según Victoria Rodríguez, una de las organizadoras, “muchas mamás están olvidadas y no son visitadas”, por lo que esfuerzos como éstos ayudan a que las mujeres en prisión puedan recolectar lo lazos con sus familias. Tal es el caso de Yuselma Aguirre, quien tras 13 años tras las rejas, pudo volver a tener contacto con sus hijos el año pasado, cuando su hija celebró sus 15 años dentro del penal.
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