La compositora mexicana Gabriela Ortiz (Ciudad de México, 61 años) responde al teléfono con entusiasmo. Ha pedido que la entrevista sea así debido a su apretada agenda, por lo que toma un respiro entre sus clases de música en la UNAM para conversar y pide silencio a sus estudiantes, privilegiados por recibir tutoría de una de las grandes compositoras contemporáneas de México. “No me dejan solita”, ríe. Ortiz ha ganado el Grammy a Mejor composición clásica contemporánea en la edición 67 del galardón más importante de la industria por su obra Revolución dinamita, grabada en directo en el Walt Disney Concert Hall en octubre del 2022 y noviembre del 2023 durante las actuaciones de la Filarmónica de Los Ángeles y su director Gustavo Dudamel. La artista, que ha dicho que la música la eligió desde pequeña, habla sobre este premio, que también considera como un reconocimiento para los compositores latinoamericanos.
Pregunta. ¿Qué representa para usted este Grammy?
Respuesta. Es un reconocimiento a mi trabajo, pero lo que me parece muy relevante es que es la primera vez que el disco de un compositor latinoamericano compite y logra cuatro nominaciones al Grammy. Y de esas cuatro, ganamos tres. Es el disco con más Grammy que ha ganado la Filarmónica de Los Ángeles. Esto es importante mencionarlo porque creo que en Latinoamérica nos cuesta mucho dar a conocer nuestro trabajo. Quisiera que esto fuera una ventana para mirar hacia la región.
P. ¿Ve entonces el Grammy como un reconocimiento a la música latinoamericana?
R. Para mí es eso. Quiero pensar que esto puede ser un parteaguas. Por otro lado, es muy significativo que este no es disco normal de música contemporánea, en el que trabajas la música de una manera abstracta. Yo tengo un ballet que es una exploración sobre el feminismo, que explora los diferentes tipos de violencia hacia la mujer. El tema es bastante fuerte y haber ganado un Grammy con eso no es algo que hubiera imaginado.
P. Toca este tema tan doloroso en México, un país donde asesinan a 11 mujeres al día. ¿La música es una forma de denuncia?
R. No espero que mi música vaya a cambiar la situación de un día para otro, eso sería imposible, pero eso no me impide hablar de estos temas. No he recibido una agresión física nunca, afortunadamente, pero eso no quiere decir que no sea empática. Tengo una hija y no puede salir en la noche porque es peligroso. Eso es una privación de la libertad. Por otro lado, me nutro de lo que sucede en la vida misma, es el combustible para crear. La música para mí representa todo. Es la razón por la que estoy en este planeta, es el oxígeno que permite que esté viva. No pertenezco a un colectivo feminista, pero eso no me impide hablar de ello y la mejor manera en la que puedo hacerlo es a través de la música.
P. ¿Un artista debe tener un compromiso político?
R. No necesariamente. Esa es una decisión absolutamente personal. Tengo obras que no tienen un compromiso político, que son mucho más abstractas. Mi obra es bastante extensa como para encajonarla y decir que todo lo que yo produzco tiene un tinte político; pero sí tengo obras que hablan del cambio climático, de la migración, de los feminicidios. Me nutro de la vida y ver estas manifestaciones de mujeres para mí es fuertísimo. A la reciente marcha de México fueron 200.000 mujeres, creo que se rompió un récord histórico. Pues claro que no soy ajena a eso.
P. Vemos a más mujeres dirigiendo orquestas. ¿En qué situación están ahora en la música? ¿Se han roto las barreras para las mujeres?
R. Sí se han abierto muchas oportunidades, tanto para las mujeres directoras como para las compositoras, pero no creo que sea suficiente, no creo que estemos en una verdadera equidad de género. En los últimos ocho años he visto cada vez más a directoras mujeres y compositoras que han roto nichos y abierto espacios que por años fueron dominados por hombres. Quisiera que esto proliferara, pero creo que es muy importante también hacer un llamado a las colegas artistas para que luchemos por esos espacios, pero con una calidad artística genuina, porque no quiero que sea por cuotas, porque eres mujer y además latina.
P. ¿Considera que se trata más de méritos?
R. Claro que sí. Tiene que ser así. Me vas a interpretar porque también tengo calidad artística. Tan grave es que no te toquen porque eres mujer, como que te incluyan solo por el hecho de ser mujer.
P. ¿Cómo ve ahora la salud de la música mexicana?
R. Es una pregunta compleja. Creo que tenemos muy buenos compositores y compositoras. En los últimos 30 años ha surgido una cantidad de ensambles dedicados a la música contemporánea, lo que me parece fundamental, porque los compositores vamos a depender de los intérpretes. Pero sí creo que hoy en día hace falta más apoyo, sobre todo a los grupos independientes. Eso es algo que me preocupa mucho, porque el apoyo que hay casi a toda la cultura sucede en el ámbito de los grupos que tienen un subsidio por parte de Bellas Artes o de una universidad. Los grupos que son independientes, que son muchos y muy buenos y han dado tanto a este país, la están pasando difícil.
P. México viene de un sexenio con recortes a Cultura. ¿Usted cree que puede haber un cambio en esta nueva Administración?
R. Espero que sí. Es prematuro decirlo. Espero que esto sí cambie, porque fue muy duro entre la pandemia y los recortes para los grupos escénicos y, sobre todo, para los grupos independientes. Esperaría que haya muchos más incentivos para estos grupos. La cultura es un tema muy amplio, por supuesto que tiene que ver con los pueblos originarios, con la artesanía, pero también con otras expresiones artísticas y creo que eso se dejó un poco al lado.
P. ¿Esta tendencia de apoyo al arte identitario va en detrimento de otras expresiones artísticas?
R. Me parece maravilloso apoyar la artesanía y es importantísimo apoyar a los pueblos originarios. No estoy ni un gramo en contra de eso, pero no es lo único. El sexenio pasado se abocó mucho a esto y se abandonó todo lo que ya se había ganado en otros espacios.
P. Parte de su trabajo es formar a nuevos músicos, ¿cómo se siente como maestra?
R. Me encanta. Es una manera de conversar, porque el trabajo de un compositor es muy solitario, pasas horas y horas en tu estudio. Me gusta mucho venir a dar clases y escuchar las nuevas voces, ver sus intereses. Hablar de música con ellos es una delicia.
P. ¿Mira pasión en sus estudiantes por la música?
R. Sí. He tenido suerte de tener estudiantes brillantes a lo largo de estos 25 años que llevo dando clase. Me llena de orgullo cuando los ves caminar y generar sus propias ideas. Para mí es fascinante.

P. ¿El futuro de la música mexicana está en buenas manos?
R. Creo que sí, porque de verdad tenemos grandes maestros. Yo estudié en Inglaterra, pero mi mejor maestro de composición fue Mario Lavista y lo tuve en México. No necesité irme para eso. Él estudió con Carlos Chávez, que es nuestro otro gran músico mexicano. Soy muy afortunada, porque me siento parte de ese linaje.
Fuente EL PAIS